Bitácora de un viaje por el cáncer. De un viaje que no va a matarme, que no va arrastrarme. De un viaje que es más bien una piedra en el camino, en éste que me mantiene entre el estar y el ir.



viernes, 17 de diciembre de 2010

Haga usted vida “normal”…

Dicen mis hermanas que me echan de menos en este medio. Así que, como si de una serie de esas que nos tienen enganchados a medio planeta se tratara, os cuento que sigo chutándome quimio todas las semanas, que esta versión es una versión light pero como se va acumulando, termina con la paciencia hasta de la prima de Job. Tengo manos, pies y ojos con un hormigueo constante, picores en la piel, molestias como de artrosis, insomnio frecuente, lengua como quien se toma la sopa recién salida de la olla y otras monerías pero nada que ver con lo anterior. Lo más relevante es que no estaba preparada para esto, para tener molestias tantos meses y eso me tiene medio “cabreá” pero, como dijimos al principio, ya queda menos. Cada semana una menos y acabo en 5. El día de mi cumple, el 15 de enero será el día siguiente a mi última sesión. ¿Alguien se anima a brindar conmigo? Os espero aquí, en el delicioso trópico de enero.

Pero como de sufrimientos físicos os tengo hartos, no quería hablaros otra vez hasta no tener algo distinto que contar. Y ese algo se me vino a la cabeza hace unos días cuando volví a la consulta del cirujano que me operó.  Mi herida “tetil” sigue abierta y, aunque tiene una pinta excelente, una considera que 4 meses de “apertura” es suficiente para graduarme en limpiadora de heridas. No te preocupes, me dice, es que la quimio no te deja terminar de cerrar; en cuanto acabes verás cómo se cierra en un “plis-plas”. Por lo demás, tú haz vida normal. Y zas! Ahí se me vino de repente la necesidad de definir lo que, para mí, es una vida normal. Y recordé a mi abuelo (¡mi héroe!), quien dejó de trabajar a los 45 para dedicarse a la vida lúdico-social y nadie le recuerda como un caradura;  imaginé a la gente en otras épocas previas a la revolución industrial, más calmadas, menos ocupadas pero también con vidas normales y me vi a mi misma. Y pensé en la prisa.
Creo que no he llegado a escribirlo pero os digo que esta enfermedad la he vivido, en algunos sentidos, como un gran placer. Suena casi obsceno escribir esto y no quiero parecer una de esas personas tan extraordinarias que en todo encuentran la oportunidad de santificarse o en todo una razón superior o una luz clarificadora. No, no he visto la luz ni siento una gran “antes y un después”. Lo que siento es muy prosaico, muy de andar por casa. Mi gran placer procede de que ésta ha sido la primera vez de mi vida en la que he estado meses sin ir a una oficina. Y no digo sin trabajar, digo sin levantarme a una hora determinada (aunque terminas haciéndolo a la misma hora, así es el cuerpo), sin necesidad de vestirme para “la ocasión”, sin obligación de mostrar que estoy en lo que estoy ni en mostrar resultados, sin el deber de tener que escuchar las ocurrencias de otros y con la libertad tan, tan empequeñecida que ni merece ese nombre.
Este periodo de mi vida, ha sido, salvando los escollos de todas las molestias recibidas, algo así como una muestra de lo que quiero que sea mi “vida normal”. Quiero dedicarme unas horas a ver qué pasa por mi oficina en España, a trabajar en las cosas que tengo que hacer aquí pero quiero seguir yendo a la piscina, tener tiempo para comer con mis amigas, pensar en qué voy a cocinar mañana, ir a comprar verdura o pescado fresco al mercado, tener al día las reparaciones de mi casa (o sea, que todo funcione razonablemente), poder hacer alguna cosa por otros sin tener que cobrar por ello, poder leer o no leer, ver la tele o no verla y que todo esto no esté aderezado por la palabra prisa. ¿Es mucho pedir? ¿Es tan raro y excéntrico esto que yo llamaría vida normal? Pues es lo que quiero de mí para los próximos 43 años, luego ya veré...
Quizás para ello necesite dedicar la mitad de lo que hacía a la vida “laboral” y quizás incluso suponga cobrar la mitad. Ya, ya se que no tengo hijos (la excusa más usada desde hace unos 50 años; antes era curiosamente al revés, quien tenía hijos tenía el futuro garantizado…) aunque tengo hipotecas como todo el mundo pero acepto el coste que esta vida merezca. Hay mucho de donde cortar. Quizás tenga que vender el piso, ir menos veces a España o no tener un iPad, no jugar al golf (no lo he hecho nunca!) o salir menos a cenar fuera; quizás signifique no comprarme más zapatos en tiempo (tengo más de los que uso, eso no es problema), no decorar la casa como veo que se hace en las revistas o no cambiar de coche pronto; quizás hasta suponga que en mi casa haya menos ron y más cervezas, no sé, o quizás al final no signifique nada en lo material pero creo que, sea como sea, quiero llevar, como me prescriben, una vida “normal”. Y ahora que lo veo tan claro, ¿cómo es posible que haya llevado durante tanto tiempo otra?

6 comentarios:

  1. ¡Pensé que habías dejado el blog!.
    Bonita, tu lo que quieres es vivir bien. (Y qué alegría y qué bien).
    Cuanto más acumulamos, cuántas más banderas tenemos menos cuenta nos damos de que estamos de alquiler. Y que cuando no estemos nada nos acompaña. Suena hortera, pero es verdad.
    No puedo estar el 15 en Panama (ya me gustaría hacer vida normal). Tampoco Enrique. Pero no por falta de ganas.

    http://www.youtube.com/watch?v=FYuFIrSLD84

    besos

    ResponderEliminar
  2. Yo me apunto a tu querer llevar vida normal.Aunque todavía veo que me faltan zapatos.No sabes lo monísima que estaría con unos botines...je¡je¡
    Cada vez me queda más claro que eres una persona féliz,intentas extraer lo positivo de todo lo vivido.No desde la ingenuidad ni desde la estupidez,sumisión.....sino desde la fuerza el coraje,ánimo y con un gran esfuerzo.( frasecitas típicas de un libro de autoayuda)
    Pilar tu hermana la sexta

    ResponderEliminar
  3. Y ahora dime, ¿esa es la foto de la que vamos a disfrutar los Estrade-Robles en Febrero? Mira que adelantamos el viaje a tu cumple aunque nos vuelvan a echar del trabajo. ¿Quién dijo miedo?.
    Sigue dando gusto leerte.Feliz Navidad a todos los blogueros y sus familias. ¿Cómo las váis a pasar bien o en familia?. Gracias a la tecnología cantaremos los villancicos con la guitarra sonando desde Panamá. Hasta pronto

    ResponderEliminar
  4. ¿Cómo que los Estrade -Robles?, pero si íbamos a ir los Andre-Bastida!!!, pues hasta aquí podíamos llegar..., y si coincidimos???, no nos expulsará a nosotros en beneficio de vosotros ustedes???... bueno no quiero hablar más de mingalaciedades, vayamos al grano.
    ¿Cómo se puede estar morena, relajada y radiante después de decir que te pican los pies todo el rato y que no sé qué, de la sopa hirviendo que la tienes en la boca con cazuela y tapa y todo? yo lo de la foto que has quitado de la cabecera no lo entiendo muy bien. No obstante seguiremos hablando de este tema.
    ¿Había un hotel muy bonito que había que investigar por si acaso los sofases no eran muy cómodos?, a mí no me importaría probarlos y hacerte un informe, exhaustivo incluso.
    Lo de febrero no es broma, así que voy a hablar con M. Luisa y ¡¡¡¡¡POR SI ACASO VAIS MÁS AMIGOS DE OLGA EN FEBRERO A VERLA, HABLAD CONMIGO ANTES, PARA ORGANIZAOS UN POQUITO LO DE LOS HORARIOS Y FECHAS CONCRETAS, QUE ME DA QUE OS VAIS A LÍAR!!!! .... (tanto ir, tanto ir,... no se quedará la gente en su casa).
    Besos reina y ya sabrás de mí.
    Concha

    ResponderEliminar
  5. preciosa tu quieres hacer lo que he hecho yo pero 17 años antes........JUBILARTEEEEEE.
    pero tendrás que esperar aunque la idea de reducir tu jornada laboral no es ninguna mala idea no lo reflexiones mucho y hazlo que merece la pena,lo se porque yo trabajaba 170 dias lectivos así que cuanto antes mejor.
    Mi madre decía que esos pequeños males: picores...,nos los da Dios para que los días nos parezcan mas largos,lo cual a partir de cierta edad es hasta bueno.
    MAÑANA ES EL DIA DE LA LOTERIA,PARA LOS QUE NO JUGAMOS,SOLO NOS DEBIERA TOCAR SALUD.ES LO QUE PID PARA TODAS LAS PERSONAS A LAS QUE QUIERO ENTRE LAS QUE ESTAS TU INCLUIDA POR SUPUESTO.
    UN BESO.

    ResponderEliminar
  6. ES ALUCINANTE, A MÁS TE LEO, MÁS ME IDENTIFICO. Solo llevo, como ya sabes, un pequeño inicio en este farragoso y "asqueroso" tema de LA ENFERMEDAD, Y TODO LO QUE DESCRIBES ME IDENTIFICA, que es vida normal, que vida he llevado?, donde quedaron mís hobbis? que deseo a partir de ahora?....
    Creo que de lo que más estoy gozando es del tiempo, paseo matutino por la acequia (antes era de lujo, ahora es vida normal ¿por que? pues no lo se. Ir a comprar pescado fresco y poder investigar como se hace ( antes no había tiempo) leer un ratito (antes un lujo, todo era leer con los niños, que hay que enseñarles, ahora espero que sea una "vida normal".....
    Gracias Olga, por escribir lo que pienso y a seguir descubriendo nuestra vida NORMAL
    Besazacoooos. Elena

    ResponderEliminar